Juicios sumarísimos

05 jul 2017 / 11:45 H.

Entre las muchas cosas que con el transcurso de los años la vida nos enseña, en las que no debemos creer demasiado están las estadísticas y las encuestas. He leído que en las actuales rebajas de verano, en Jaén, cada ciudadano gastará una media de 56 euros. Es posible, pero los 56 euros que a mí me corresponden los tendrá que gastar otro porque yo ya dejé claro que no me seducen las rebajas, con lo que no quiero decir que no sean ventajosas a la hora de que una familia planifique sus compras. Pero esto es una simple anécdota sin importancia. Lo que sí me enseñaron desde niño era que había que creer, respetar y confiar en la justicia y es preocupante que yo, y muchos como yo, estemos empezando a dudar porque no entendemos nada de las demasiadas cosas que están pasando en este país de nuestras cuitas. Es verdad que tengo nulos conocimientos sobre Derecho, aunque sí tengo las nociones sobre lo que debería ser justo y lo que no parece serlo que me han proporcionado los años y el sentido común. Hay decisiones judiciales que no entiendo y que veo que tampoco personas más preparadas tampoco entienden. Es posible que algo no se esté haciendo todo lo bien que debería hacerse. Son tantos los personajes destacados que hay pendientes de juicio y de condena que lo que empezó siendo de interés público y general se va diluyendo por lo mucho que se tarda en llegar a un veredicto. Precisamente cuanto más importante es el acusado, más tarda en dictarse la sentencia. Y esto llega a mosquear al personal. Ahora ha vuelto a primera plana el juicio de Iñaki Urdangarin. Sobre este caso han aparecido noticias contradictorias, primero pidiendo una reducción en la condena y, después, otras donde se dice que la Fiscalía lo que pide es un aumento de la misma.

Algún día esto tendrá un final y podrá saberse, lo mismo que el final de otros juicios tan importantes como el del clan de los Pujol. Los más viejos del lugar conocerán en qué queda todo esto. De momento, el final que sí hemos conocido es el del juicio ”sumarísimo” de Belén Esteban y Toño Sanchís, que ganó la tertuliana de Telecinco, quien se encargó de darle la mayor publicidad posible en sus programas, como si se tratara del juicio del siglo, bien arropada por sus palmeros. Y si lo de la Esteban está aclarado lo demás perece que puede esperar.