JMJ Lisboa 2023

Recientemente se ha celebrado en Lisboa la Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa, al que han asistido numerosos jóvenes de nuestra diócesis de Jaén y del que han regresado cargados de alegría, ilusión y esperanza. La Jornada era para los jóvenes, así que la mayoría de los discursos dirigidos por el Papa han sido para ellos. No obstante, los que desde la distancia hemos seguido de cerca esta Jornada Mundial, cargada con la fuerza y espontaneidad que caracterizan a los jóvenes, hemos estado atentos a las palabras que Francisco les ha dirigido en las distintas celebraciones. Palabras que, a los adultos creyentes, también nos tienen que llegar al corazón y dejar que nos interpelen en nuestra vida diaria. Hay mucho que destacar, pero hoy me quedo con los tres verbos con los que el Santo Padre quiso responder a la pregunta “¿qué nos llevamos con nosotros volviendo a la vida cotidiana?” en la homilía de la misa del domingo de clausura: resplandecer, escuchar y no tener miedo. Todos necesitamos luz para afrontar las oscuridades de la vida, y qué mejor luz que la Luz con la que nos ilumina el Señor; con esa luz debemos resplandecer, ser luminosos para los demás, pero no mostrando imágenes de perfección, fuerza y éxito, ser luz con “obras de amor hacia afuera”. Escuchar lo que nos dice Jesús en el Evangelio, escuchar para descubrir cuál es el camino del amor. Y no tener miedo, a pesar del desánimo, del pesimismo o del fracaso, no tener miedo para seguir luchando por la justicia y la paz. Se lo decía a los jóvenes, que son el presente y el futuro. Nosotros los adultos, que somos el presente en la vida de esos jóvenes, seamos luz y ejemplo para ellos; que las ganas de “comerse el mundo” con las que han vuelto no se las frustremos nosotros con nuestro mal comportamiento. Que sepamos acogerlos, escucharlos, acompañarlos, respetarlos, ofrecerles caminos y espacios para que desarrollen toda esa bondad y creatividad que llevan dentro. No señalarles con el dedo y sí abrirles más los brazos. Que los frutos de esta JMJ 2023 sean abundantes.