Jaque
al Rey

Cuando el rey toma partido por un bando político, como rey se está jugando la corona. Se expone pasar de un simple jaque al rey a un jaque mate. Si el rey opta por la derecha, si se declara seguidor del PP, defiende sus privilegios, sus puntos de vista parciales y desatiende a los de los demás españoles, se la está jugando. Su padre colocó a la monarquía en la cuerda floja; ahora, él, mete la pata con el tema de la entrega de despachos del poder judicial. Él debería haber dicho: no presido acto judicial alguno hasta que no se resuelva la renovación de los cargos de dicho poder judicial, pues es inconstitucional. Entonces tendría nuestro respeto, de todos los españoles. Ahora lo tiene solo de los de derechas. Se le ve el plumero. Ignora que España es legítimamente republicana. Nos impusieron la monarquía tras un acto de fuerza militar. Las guerras no legitiman el poder, aunque lo hagan; lo imponen por la fuerza y después se hacen leyes ad hoc; el poder será legítimo a partir de ahí, pero injusto; contradice el alma de nuestra Constitución: el poder reside en el pueblo y el pueblo decidió república. El
rey se inclina por la senda del politiqueo, que conduce a la puerta de salida. Él verá lo que hace, si es que lo sabe.