Tres huevos son...

    07 feb 2021 / 16:25 H.
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    Jaén me quita el sueño” exclamaba el general Franco antes de repartir millones de pesetas a una tierra secularmente agrícola y emigrante. La ciudad minera emergía como principal receptora de las ayudas. A finales del siglo XIX los ingleses habían importado las primeras máquinas de vapor que llegaron a España en una ciudad que, sin ser capital, contaba con cuatro consulados, un banco de España, cuatro estaciones de tren y una de tranvía. Linares se convirtió de minera en una de las ciudades más industriales de España. Pero llegó la crisis y esta ciudad seguía soñando con su pasado glorioso minero, con la muerte de Manolete y se le olvidó reinventarse. Personas e instituciones de la Junta, de cuyos nombres no quiero acordarme, la engatusaron con caramelitos de paguillas y subvenciones mientras de noche desmantelaban su tejido industrial. Su próspero comercio enloqueció a la ciudad que se llenó de empresas que hoy nos abandonan para irse a la capital. He echado de menos la autocrítica de una ciudad y su ciudadanía que creía que los caramelillos son eternos. Ya os digo “entre todos la mataron y ella sola se murió”. A pesar de todo tengo esperanza porque yo soy un luchador esperanzado.

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