Jaén está depre

23 jul 2019 / 12:02 H.

La pobre Jaén está un poco depre. Tiene la autoestima por los suelos. Y no me extraña. Lleva una racha de reveses y de sinsabores muy dura. Se siente sola y abandonada a su suerte. Y para culminar su aislamiento, a la hora de diseñar el trazado de la nueva línea de alta velocidad que une Granada con Madrid, le han hecho un regate a Jaén, que se ha quedado con una cara de boba, alucinante. Y ella no puede entender por qué ese empeño en esquivarla, en la línea del AVE, desafiando todas las lógicas geométricas y geográficas, como si esta fuera una tierra contaminada que hubiera que evitar, o como si nuestro paisaje constituyera una especie de agujero negro del que fuera necesario alejarse, aunque para ello hubiera que trazar un absurdo giro que alarga el viaje innecesariamente. Es como cuando en aquellas clásicas películas del oeste, los protagonistas se veían obligados a dar un fatigoso rodeo para evitar un territorio habitado por peligrosas tribus salvajes. En fin, un desatino incomprensible.

Y luego vienen los políticos y los burócratas y le explican, a la confusa Jaén, que no se trata de algo personal, que se ha hecho este diseño atendiendo a criterios técnicos y a la racionalización de las infraestructuras existentes, y que además este trazado ya se había previsto hace muchos años y ella no dijo ni “mu”, así que ahora “chitón”.

Y ella les dice que “sí” con la cabeza y se marcha a su cuarto cabizbaja, y allí no para de suspirar, asomada a la ventana con la mirada perdida. Y así deja pasar las horas, sin que nada la motive. Y se toma la pastilla que le ha recetado el médico de los nervios. Y solamente es capaz de esbozar una leve sonrisa cuando toma su álbum de recuerdos, y repasa las imágenes de tiempos más felices, en los que los romanos la convirtieron en una vía principal, eje vertebrador del sur de la península, esos sí que sabían de geografías y de geometrías. Qué buenos tiempos. Y luego disfruta contemplando las páginas en los que los conquistadores moros y los reconquistadores cristianos y los invasores franceses y los libertadores borbónicos dieron fe de su importancia estratégica en múltiples enfrentamientos para conquistar un nudo de comunicaciones de enorme importancia, que ahora ya no tiene ningún valor. Pero en fin, qué va a hacer la pobre a sus años. No se va a poner a cortar carreteras ni a levantar barricadas. Ella es dócil y sumisa y tragará lo que haga falta. Pero no puede evitar sentir una opresión muy grande en el pecho que hace que le cueste conciliar el sueño. Y encima, en mitad de la madrugada se despierta casi todas las noches con una ansiedad muy molesta, que hasta parece que le falta el aire.

Y se atormenta pensando que todo lo que le pasa es culpa suya, por no haber sabido administrar sus recursos en los buenos tiempos. Pobre Jaén. Yo creo que deberíamos, entre todos, ayudarla para que supere la mala racha. De lo contrario nos arriesgamos a que un día de estos, cuando vayamos a visitarla, nos encontremos el maldito letrero que cada vez vemos con más frecuencia por estos lares, ya sabéis, lo de “liquidación por cierre, esta provincia agradece a su distinguida clientela tantos años de fidelidad, pero se ve obligada a cerrar sus puertas por depresión económica y emocional y social y política y burocrática y puntos suspensivos”.