Jaén: diferente y desigual

25 feb 2024 / 09:46 H.
Ver comentarios

Los conceptos de diferencia y desigualdad son concomitantes con los seres humanos, pero también podemos utilizarlos cuando nos referimos a las ciudades. Parece meridianamente claro que la ciudad de Jaén no se parece en nada a la de Cuenca ni tan siquiera a otras más cercanas como Granada o Córdoba, aun cuando la globalización tiende a que las ciudades sean cada vez más parecidas. No obstante, todos creemos que cada lugar debe seguir contando su historia e identificarse por algo especial. La ciudad de Jaén tienes muchas peculiaridades que la hacen diferente a las demás: su riqueza lingüística, gastronómica, sus paisajes y parques naturales, su ubicación en el territorio nacional y autonómico, sus costumbres, sus tradiciones, sus bailes y danzas, su patrimonio arquitectónico y museístico y un largo etcétera que la identifican como una ciudad con una rica y variada cultura. Podríamos decir que todo ello constituye su identidad propia, idiosincrática, que la hace diferente a otras para disfrute de sus gentes.

Sin embargo, en nuestra ciudad y provincia se han ido acrecentando las desigualdades socio-espaciales que generan grandes fisuras entre los territorios: los que crecen y los que están en un declive cada vez más pronunciado. La España próspera y la España estancada que pone de manifiesto las desigualdades existentes entre ciudades y comunidades autónomas de nuestro país y, consecuentemente, la desigualdad en el acceso a los servicios públicos por parte de la ciudadanía. Hablamos de Jaén, como un contexto en el que se acrecientan las desigualdades y la pobreza no cede terreno, en el que es difícil lograr la democratización de la gestión urbana y donde, por el contrario, existen las condiciones propicias para que persistan las viejas prácticas clientelistas de intercambio de bienes básicos por votos, lo cual no permite avanzar en la construcción de una gobernanza local democrática. Esto se traduce en cierto desencanto por la democracia representativa (que no nos representa) como forma de gobierno capaz de garantizar una mejor calidad de vida para sus habitantes. Asimismo, supone aceptar la existencia de una ciudadanía fragmentada que expresa las grandes desigualdades del ingreso y el acceso diferenciado a los bienes y servicios básicos. La carencia de infraestructuras es uno de los puntos diferenciales que nos hacen desiguales con el resto y no solo hay que hacer referencia a las ya manidas del ferrocarril y del tranvía, que también, sino a otras muchas que nos afectan de manera considerable como son las infraestructuras hidráulicas, de telecomunicación y de carreteras que puedan articular la comunicación entre pueblos y ciudades de nuestro espacio territorial local, provincial, autonómico y nacional. Jaén se sitúa en una encrucijada geográfica privilegiada en el centro de la comunidad como puerta de entrada a Andalucía y que podría desempeñar funciones esenciales para el equilibrio territorial como ciudad media que es. Sin embargo, las grandes inversiones siempre van a parar a las grandes ciudades provocando una concentración de infraestructuras y equipamiento en ellas, quedando otras al margen de las políticas e inversiones en equipamientos e infraestructuras y generando una polarización que tiende a la penalización en el conjunto de la comunidad y del estado. Esta situación hace del deseo una necesidad. La necesidad de partir de nuestro gran potencial que nos hace diferentes para lograr suprimir las desigualdades con respecto al conjunto del territorio autonómico y nacional. La clase política debe olvidarse de las siglas y trabajar conjuntamente para lograrlo. Recuerden la antigua canción colombiana que en una de sus estrofas decía: “Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía”. En Jaén podríamos decir que ni tenemos tren ni tenemos tranvía.

Articulistas