Jaén despertó

23 feb 2021 / 17:47 H.
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Mientras escribo esto, otra familia se ahoga en la pena haciendo cuentas para ver cómo narices se pagan los autónomos, el local, la luz, el agua, la contribución, la basura... de su sustento. Mientras tecleo en mi ordenador, otra persiana se baja para no subirse más sumiendo a una familia en la tristeza y el desamparo. Mientras mis pensamientos cogen forman en letras, otra familia apaga sus sueños e ilusiones para siempre. Jaén no puede más. Jaén entera está que arde. Jaén, mi Jaén, ya no soporta ver cómo la van haciendo desaparecer poco a poco, pero a pasos agigantados. Y ya da igual el color del gobierno. Jaén no es la gran olvidada, Jaén es la gran despreciada.

Recorrer las calles de mi ciudad con la angustia de ver locales cerrados, con sus cartelitos de “Se alquila” o “Se traspasa” ha hecho que la vida sea más dura y más pesada. Retroceder en la línea del tiempo para llegar al punto exacto en que los de arriba decidieron que nuestra tierra deje de existir es un trabajo laborioso, no consigo llegar al punto en que Jaén fue hija de este país, donde los y las jiennenses importaban y donde se nos daba oportunidades para prosperar.

Jaén yace herida de muerte y envuelta en la desidia de los poderosos, de quienes nosotros mismos pusimos en un pedestal y les permitimos dirigir nuestras vidas. Jaén parece que desaparece del mapa del país ante la atenta mirada y la risa floja de los distintos gobiernos centrales con la ayuda de los gobiernos andaluces.

Pero Jaén se cansó y gritó. Jaén ya despertó de un sueño amargo que nos traía de cabeza, dejó de decir “aquí no hay nada”, para gritar “no queremos irnos de aquí, Jaén es rico, dejen de robarnos”. El desencadenante viene del robo directo del Colce. Pero Jaén no olvida que ha sido vapuleada por cualquier gobierno de España. Y los jiennenses y las jiennenses ya no vamos a parar de hacer ruido y de exigir. Nuestro ayuntamiento ya no es un ayuntamiento, es un ciudadano más que exige lo nuestro, el respeto y la riqueza que se merece nuestra ciudad.

La Ciudad de la Justicia, la Ciudad Sanitaria, el transporte ferroviario, el tranvía, el ámbito cultural, el ocio... Jaén está cansada de promesas incumplidas y, como puerta de Andalucía tenemos mucho que decir, que dar, que respirar y que exigir. Se acabó la desidia de ser la no provincia de Andalucía. Se acabó el que nos ninguneen con promesas incumplidas. Se acabó bajar la cabeza ante las mentiras electorales. Jaén ha despertado y no lo ha hecho de forma violenta, que a veces dan ganas de prenderle fuego al muro fronterizo que nos han hecho y dejar que arda lo que tenga que arder. Pero no, hemos demostrado cómo podemos tirarnos a las calles a exigir lo nuestro, a pesar de ser ignorados por las televisiones estas que pagan los gobiernos. Nos hemos manifestado, nos vamos a manifestar y vamos a llevar a donde sea necesario nuestros intereses.

Y mientras escribo esto, una familia se coloca la bandera de Jaén en el pecho, otra se la tatúa en el alma, otra la exhibe con orgullo... Porque a pesar de que a Jaén se nos expropian hasta los sentimientos, hemos aprendido que el momento es el ahora, y que ninguna banderita compartida ha empatizado con nuestra herida y se ha quejado de dolor. Ahora es el momento de ser exigentes y de no olvidar que hemos sido el olvido nacional.

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