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Un año más la Noche en Blanco hizo escala en Jaén para enseñarle al mundo sus tesoros, para hacerse notar elegante bajo la media luz de la luna creciente de junio.

Una noche de fiesta para jaeneros y forasteros amigos en la que si algo cabe destacar es la perseverancia de aquellos que llevan años brindándose a llenar de espectáculo esta cita ineludible con la cultura jiennense.

Y como si portara un “pepito grillo” encaramado a mi pluma, me siento en la obligación de gritar a los cuatro vientos que mi Jaén querido tiene no un solo as bajo la manga sino un conjunto de ases con los que poder ganar esta partida contra el hastío que ha ido anidando en sus teatros, contra el abandono de sus cines urbanos y contra las obras a medio hacer que no dejan que toda la luz del corazón jaenero salga al exterior. Eso sin dejar de mirar hacia la riqueza cultural inmaterial con la que cuenta en sus haberes.

Una noche de puertas abiertas en donde esos rincones desconocidos para muchos hacen las veces de imanes de gran alcance y atraen hacia la magia de su interior a curiosos y enamorados de lo nuestro, de nuestro más valioso e imperecedero tesoro, la cultura.

Este año, fiesta de especial envergadura, pues se conmemora el V centenario de la vuelta al mundo de Magallanes, esa expedición tras la cual el mundo no volvió a ser el mismo, para la que partieron 239 hombres y 5 navíos de Sevilla por el oeste hacia la Ruta de la Especias y tres años después solo regresaron 18 hombres y un navío después de dar la vuelta al planeta, “pero eso es otra historia y en otro momento debe ser contada”. Hilo conductor de esta edición y sobre la que han girado tanto decoración del casco antiguo como diversas actividades.

Lo que nos aconteció es una Noche en Blanco con más de 60 conciertos, visitas guiadas, exposiciones y talleres para acercar a todos nuestro pasado y cultura.

Si aún eres uno de esos rezagados que no han vivido la noche con más luz de la capital, te invito a estar atento para la próxima edición y a formar parte de los que creemos que Jaén tiene mucho que enseñar.