Irresistible encanto de escribir
Tan vagos como mis recuerdos, son los comentarios de gente que interpreta y no escucha y sigue con la vista el movimiento pendular de sus conversaciones. Sí, hablan entre ellos y lo que hablan resulta preocupante porque no dicen nada destacable, me indigna que no toquen perístasis pragmáticas que den con las soluciones de los problemas. Hay que salir de los bucles y explorar el origen de las cuestiones engorrosas para que el orador no pase por ser un simple charlatán. Encontrar algo sustancioso en un escrito, automáticamente lo convierte en algo digno de elogio y si además está bien redactado y ha ordenado sus prioridades, pasa a ser algo indispensable porque te dice cómo hacer las cosas a partir de las fortalezas que encierra. Siempre defenderé las obras de obligada lectura. Defenderé, por ende, el prestigioso arte de escribir directo, culto y con mensaje que no da nada por hecho. Hay que rescatar como sea de las cenizas del tiempo a autores clásicos y a aquellos vivos, que hayan dejado una profunda huella en el espacio literario. Ya de por sí, es un drama comer y beber sin necesidad, para que encima tengamos que leer a escritores a los que les falta la auto revelación al tiempo que nos desprendemos de autores clásicos que vagan por el amargo paso de la historia. Me enorgullezco de volver a los clásicos de vez en cuando y me alegra descubrir algún literato actual que me abruma por lo bien que me identifico con él y no ha sido atacado aún por el virus del olvido. Se habla poco de la escritura initimista y mucho de lo existente en el conducto oficial. Se es intransigente con autores que se han separado del conducto oficial porque tienen ideas propias y se han hecho una reputación siendo honrados consigo mismo. Siempre he optado por obedecer a mi yo y no a la voz en off de ningún dios menor y eso me alivia si pienso en la gente a la que aprecio y sufre porque su convivencia diaria es en cierto modo impersonal. Me llama la atención que haya autores que firmen en vida su propia condena a muerte al desprenderse de ideas que tanto bien le reportaron en sus inicios, cuando el libro solo contaba lo que el autor había visto o imaginado.
Las simpatías que despertaron aquellas primeras obras, por mor del destino, pasaron a ser pasajes adocenados de un trabajo incompleto. Lo servil ensordece los sentidos y transforma el cerebro en un órgano corto de entendederas. Me pregunto qué fue de la fidelidad de ciertos autores a sus convicciones, qué de su certeza absoluta, qué de su resistencia férrea, qué pasó con lo de volver la espalda a imposiciones denigrantes, y qué de aquellas simpatías por la siempre naciente forma de escribir. Escritor si no brujuleas y no engañas como un pícaro, conforme vaya leyendo el libro, veré que estoy ante una obra llena de detalles preciosos que captan la autenticidad de la narrativa. Cual bien supremo, vives tu utopía personal de modo que no reduces tu futuro a una única dimensión materialista. Nunca toleres el allanamiento de tu psíqui o la manipulación de tu voluntad. Apela a unas descripciones que deslumbren por la mirada lúcida en el análisis, nunca sabes a quién puedes ofender.
Fabrica nuevas clarividencias y que se oiga la voz y el buen tono de escritores perspicaces dotados de una clarividencia que avanza eludiendo el relato que se inclina por las redes sociales y por la desaparición del arte de escribir.