En frío

    23 oct 2022 / 16:00 H.
    Ver comentarios

    La energía se ha convertido en el nuevo temazo, las agendas, los foros y las promesas pasan por la energía. Para los que tenemos edad y memoria no es nuevo, pasa cada cierto tiempo que los países dependientes del petróleo, el gas y otros combustibles fósiles tengamos que abrocharnos el cinturón, ya sea porque no llega, porque los productores suben el precio o porque otros intereses andan en juego. El problema de la energía es que su escasez y mucha demanda no son fáciles, diríamos imposible, de poner en equilibrio y las sociedades como la nuestra tienen demandas por encima de lo que podemos no sólo producir, sino pagar. Por ello mismo en un momento de absoluta recesión las políticas tienen que ser al respecto tan consensuadas como pensadas. Y aquí viene la paradoja, los que las pueden consensuar no ven en la energía otra cosa que ganancias, y se alejan del requerimiento, la necesidad y el progreso. Y los que las pueden pensar no están invitados o son vistos como unos radicales. Y al final qué, se preguntará el lector, pues nada, que el presidente Sánchez ha prometido que habrá energía para todos los hogares en este invierno; otra cosa es con qué material ideológico climatizamos las casas, nos moveremos al trabajo o calentamos nuestros sueños de una sociedad más justa y responsable.

    Articulistas