Inmersión lingüística

    25 nov 2020 / 16:17 H.
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    Estos políticos, que no han hecho oposiciones para serlos, parlamentarios, que no parlamentan, porque son el ordeno y mando, de trecho en trecho, de tranco en tranco, inventan palabras, que a veces no están en el Diccionario. Inmersión lingüística, es decir, una fórmula para ahogar al idioma castellano, demuestra que, a veces, emanan, qué tabarra, de los políticos de tres al cuarto, o cuarto y mitad. A este paso, la libertad ciudadana para elegir aula y lengua será un cuento chino, o en el que hizo la ley no se le olvidó de hacer la trampa. A los políticos solo les interesa enredar y meternos a todos en un mismo saco. La inmersión lingüística es meterse en un jardín, o en un berenjenal. Prohibir a un andaluz, santanderino o gallego, a que acceda a su enseñanza en castellano es algo como lo que hacía Torquemada con los apóstatas ateos, porque merecían, según los regidores del momento a quemarlos en la hoguera, la antesala del infierno. Los que son independentistas están en contra del castellano, hablado en varios hemisferios. Lo que está pasando en España será la crónica negra de la que se avergonzarán nuestros nietos. ¡Ay, mi Cristo de los Clavitos, cómo se está poniendo el patio, en tanto se insultan y a la cabeza se tiran los tiestos!

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