Inflación y tipos de interés

    17 may 2021 / 10:32 H.
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    En estos momentos todos los analistas económicos y la población, en general, estamos preocupados por la evolución del desempleo, el elevado déficit de las cuentas públicas, el alto nivel de las deudas pública y privada, el débil crecimiento de la economía o por las perspectivas de superar la pandemia a corto plazo, que permita el regreso de los turistas a nuestro país y recuperar la actividad del muy “castigado” sector de los servicios. Sin embargo, apenas encontramos referencias sobre un potencial peligro de repunte inflacionista y/o de que los tipos de interés abandonen el suelo en que se encuentran instalados desde hace ya varios años. No obstante, ya sabemos que ambas magnitudes están íntimamente ligadas, es decir, que si hay una inflación persistente por encima del 2 por 100, la consecuencia inmediata será la subida de los tipos de interés.

    En este punto hay que recordar que el objetivo principal de la política monetaria no es otro que “el mantenimiento de la estabilidad de precios a medio plazo”. A este respecto, la estrategia del Banco Central Europeo (BCE) se concreta en mantener la tasa de inflación anual de la Zona Euro en un nivel inferior, aunque próximo, al 2 por 100. El BCE mediante el seguimiento de un amplio conjunto de variables económicas, reales y financieras, que proporcionan información sobre la evolución de los precios a corto y medio plazo, valora los peligros de posibles repuntes inflacionistas y, en consecuencia, adopta políticas contractivas para frenar las tensiones de precios, las cuales pueden comportar la subida de los tipos de interés.

    ¿Hay en la actualidad riesgos de inflación? En España, la tasa de crecimiento interanual del IPC se situaba en noviembre de 2020 en el -0,8 por 100; en febrero de 2021 en el 0,0 por 100; en el 1,3 en marzo y en el 2,2 por 100 en abril. Bueno, parece que en nuestro país los precios han experimentado una pequeña escalada, en concreto tres puntos porcentuales en los últimos seis meses, y que se ha superado la barrera del 2 por 100 en que se encuentra el objetivo de estabilidad. No obstante, hay que aclarar que la política monetaria es única para toda la Eurozona y que, por lo tanto, las actuaciones no se adecuan a la necesidad de los países que difieren de la media.

    Cuadrado Roura, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Jaén, opinaba el pasado 29 de abril en el Diario Expansión, que existen riesgos de inflación vinculados a la esperada recuperación de las economías más avanzadas del mundo. Asimismo, las perspectivas inflacionistas se han de atribuir al gran exceso de liquidez que existe a escala mundial, por las fuertes inyecciones monetarias que se están llevando a cabo en Estados Unidos y en la Unión Europea. En USA se han aprobado un total de 7,8 billones de dólares adicionales de gasto público desde la primavera de 2020 hasta el pasado mes de marzo de 2021. En la UE, si a los 1,07 billones de euros del Marco Financiero Plurianual 2021-2027, sumamos los 750.000 millones del Next Generation para impulsar la recuperación, tenemos un total de 1,8 billones de euros para gastar. Esta gran liquidez, y no expectativas de rentabilidad, es lo que pueden estar llevando a las altas cotizaciones de que gozan los principales activos financieros en el mundo y que se reflejan en los respectivos índices bursátiles. En España el IBEX-35 cerró el pasado viernes 14 de mayo en los 9.145,6 puntos (recordemos que el 16 de marzo de 2020 se situaba en los 6.107). Una revalorización que se puede justificar por las mejores expectativas económicas actuales, pero que también encuentra explicación en la gran liquidez de los mercados. Por consiguiente, no se puede descartar que ello provoque un repunte inflacionista y que el BCE cambie su estrategia.

    Como es sabido, en la Zona Euro los tipos de interés de referencia se encuentran en el 0 por 100 desde marzo de 2016. Mientras que no se concreten los actualmente potenciales riesgos inflacionistas, los tipos no se moverán. Por consiguiente, estemos atentos a la “burbuja de la liquidez” y a sus peligros para la inflación y para los tipos de interés.

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