Incendios: Educar y prevenir

    23 abr 2023 / 09:55 H.
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    Cuando se acerca el verano se avecina una mala época para nuestros territorios. Los incendios y la falta de agua se destacan como uno los principales problemas ambientales en nuestro país, nuestra región y en nuestra provincia. Somos especialmente vulnerables dado el escenario actual de sequía que venimos sufriendo en los últimos años y si bien es cierto que en nuestro país somos buenos apagando incendios forestales no lo somos tanto evitando que se produzcan, es decir en prevenir la gran cantidad de incendios que venimos padeciendo y que como consecuencia de las variaciones climáticas van en aumento cada año. El abandono, la falta de interés, la falta de prevención y los escasos incentivos por promover modelos distintos son los factores que indican que no tenemos una política de planificación del territorio y una gestión forestal adecuada. Las fuertes inversiones en la defensa contra los incendios forestales no han sido acompañadas de inversiones en programas de investigación que generen información científica y técnica. Los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales indican que en el pasado año 2022 la superficie forestal quemada en España fue de más de trescientas mil hectáreas siendo el peor año en superficie quemada en lo que llevamos de siglo. Por otra parte, la sequía que estamos sufriendo no va a ayudar a mejorar estos datos. La intervención para extinguir los incendios puede verse afectada por la falta alarmante de agua. La conocida crisis climática y la explotación insostenible de los recursos naturales tendrán un impacto a nivel social y económico que quizás no podamos solucionar con medidas de emergencia. Parece imprescindible que tengamos que ir pensando en soluciones a largo plazo que, entre otras cuestiones, tendrán que contemplar la necesidad de realizar una labor pedagógica entre la ciudadanía, jóvenes y adultos, inspirada en el sentido de la responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana. La Educación Ambiental emerge como una de las vías más adecuadas hacia la concienciación y el cambio de comportamientos de los diferentes sectores de la población que debe utilizarse tanto en la educación formal como la informal aplicándose con la mayor transversalidad posible ya que afecta a todos los ámbitos de la sociedad. No olvidemos que los problemas ambientales están estrechamente relacionados con la falta de valores de la sociedad en relación con el entorno y por ello resulta indispensable proponer programas educativos que generen un cambio en la escala de valores predominante en la actualidad. Esos valores deben ir hacia un desarrollo sostenible que estimule las actitudes necesarias para comprender las relaciones entre el ser humano, su cultura y el medio y el entorno donde se desarrollan. Algo que se predica desde todos los sectores sociopolíticos y económicos pero que no siempre se lleva a cabo. Nuestra provincia tiene la mayor superficie de espacios naturales protegidos de toda España con más trescientas mil hectáreas que aportan diversidad y riqueza y que por tanto debemos proteger contra los incendios mediante programas de prevención que mejoren la gestión. Somos consciente de que se están llevando a cabo, pero nos faltaría la labor educativa para complementar la tarea preventiva concienciando y sensibilizando al alumnado de las instituciones educativas sobre la incidencia que tienen los incendios sobre el medio y las consecuencias que tienen sobre nosotros mismos y nuestro entorno. Los incendios se apagan muchos años antes de producirse, con una política del territorio coherente con nuestra climatología y nuestros ecosistemas y con una educación ambiental adecuada.

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