In vino veritas
Correcto, avezado lector, en el vino está la verdad, como en el agua la salud (in aqua sanitas). Siendo agosto, donde seguramente casi todo el mundo estamos entregados a los placeres de la vida y del asueto, pocos temas serios me nacen en el pensamiento, aunque poca broma tiene la Verdad si del vino viene. Mis amistades, como los taberneros y taberneras de mis tacas, bares y restaurantes favoritos, bien conocen mi “bien llevada” querencia por el buen caldo, el cual ciertamente ayuda a la sinceridad, como de igual forma a la alegría y al jolgorio, ese en el que seguros casi todos ustedes estarán y así lo deseo durante este mes. Pero midan lo que sueltan por esa linda boquita llevados por los efluvios maravillosos de Baco, las “gentes”, como diría Julio, tienen la piel muy fina y no aceptan de buen grado escuchar cosas que no sean superficiales y vacuas. A casi nadie le interesa ya profundizar con los semejantes, claro, vaya a ser que descubramos una vida, propia o ajena, lejana de la imagen que proyectan. Existe miedo a que no te empaticen como si sabiendo la realidad te fueran a robar el alma y con ello las pocas “haciendas” que guardan. Pobres nosotros, arrastrados por el temor a desvelar nuestro santo grial de chichinabo. Así pues, al menos en tus vacaciones, vacía la copa todo lo que puedas y vuélvela a llenar.