Impuestos necesarios

El martes se abrió el plazo de presentación para la declaración de la Renta y muchos españoles, sobre todo a los que les sale a devolver, ya la han enviado. Los que deben pagar van más rezagados, que a nadie le gusta rascarse el bolsillo. A mí tampoco me resulta agradable que cada mes los impuestos se lleven buena parte de mi nómina, pero asumo que es necesario para mantener los servicios públicos: sanidad, educación, seguridad, carreteras, etc. Lo que me cuesta más trabajo entender es que ese dinero se despilfarre por la mala gestión de alguno de nuestros gobernantes, que lo inviertan en obras innecesarias, lo destinen a gastos superfluos o, lo que es mucho peor, se apropien del mismo de manera indebida y acabe en cuentas de paraísos fiscales. El dilema que se plantea no es nuevo: subir o bajar impuestos, optar por el estado del bienestar o seguir la senda del neoliberalismo que triunfa en países como Estados Unidos, donde, por poner un ejemplo, las personas que sufren enfermedades graves y no tienen seguro privado, puede endeudarse para el resto de su vida. Si demandamos servicios de calidad debemos estar dispuestos a pagar, eso sí, exigiendo que se gestione mejor el dinero que se recauda.