Imagina teatro

12 jul 2022 / 19:18 H.
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Hay mucha gente que piensa que los textos teatrales están únicamente concebidos como manuales de instrucciones para eventuales producciones escénicas o como planos de construcción sobre los que levantar los montajes teatrales. Pero el teatro también se lee, aunque existen grandes prejuicios en torno a la escritura dramática de nuestros días.

A diferencia de otros formatos como la narración, el ensayo o la poesía, la escritura dramática ocupa un lugar marginal en los anaqueles de las librerías y en los listados de las bibliotecas. Hablo de la creación contemporánea, es necesario matizar el dato porque cuando a cualquier persona se le pregunta por los escritores más importantes de la historia, se suele mencionar, en España, a Lorca o a Lope de Vega, en Reino Unido es obligado pensar en Shakespeare, de Francia nos puede venir a la cabeza Molière, y de Alemania Bertolt Brecht. Todos ellos son destacados dramaturgos. Pero apenas existe interés por la autoría teatral contemporánea.

Y, sin embargo, en nuestro país, actualmente, existe una importante y amplia nómina de dramaturgos y dramaturgas en activo que necesitan (que necesitamos) el apoyo de las instituciones y de los medios de comunicación para visibilizar nuestras obras. Pero también es necesario que tú, lectora o lector de prensa, seas capaz de efectuar un pequeño salto de género, y te asomes a las taquillas de la literatura teatral contemporánea. Allí podrás encontrar, a un módico precio, una variadísima cartelera de obras maravillosas.

Imagina tu propio teatro, abre el telón de la portada y protagoniza y vive la trama en un espacio a tu medida. El escenario es de papel. En las páginas se dibujan las acciones y tú, lectora, transitarás por las réplicas, sintiéndote capaz de percibir cómo respira el drama. Podrás disfrutar tropezando, en el renglón más inesperado, con divertidos sarcasmos. Y al deslizarte para girar de una página a otra, te asombrarás con las sorpresas de la trama.

Las personas que nos dedicamos a la escritura escénica, cuando terminamos de escribir una obra nueva, a menudo solemos culminar la redacción del texto con una frase que es sinónimo de que ha finalizado la acción. Esa frase es: “oscuro total”. Y, lamentablemente, esa oscuridad se prolonga, a menudo, y se convierte en el destino de miles de volúmenes teatrales editados, que se amontonan en almacenes o en estanterías sin que haya lectores que les brinden una oportunidad que justifique el esfuerzo creativo y material que constituye la edición de ese libro.

Pero si te decides a encender la luz de inicio de una de nuestras obras teatrales, a medida que vayas abriendo el libro la luz inundará lentamente el escenario de la función. Y, a continuación, tu pequeña lámpara será capaz de crear complejos efectos luminotécnicos en decorados alucinantes. Te podrás convertir en espectador invisible mirando desde las alturas el conflicto. O disfrutarás de la sesión asistiendo como invitado privilegiado desde tu palco central. Tu sillón será un confortable auditorio en el que podrás adaptar un libro teatral y adoptar, por unas horas, a un dramaturgo, huérfano de atención. Léenos, por favor. O al menos búscanos en tu biblioteca, y si no nos encuentras, solicita nuestra presencia en los fondos blibliográficos públicos. Imagina teatro.

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