Iluminar la oscuridad

    05 may 2025 / 09:12 H.
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    Queríamos hablar del Papa Francisco, pero lo urgente manda: el lunes pasado vivimos un apagón eléctrico todos los españoles (y portugueses), sin precedentes y sin solución directa, que nos dejó a todos en un estado entre preocupados y jornada de reflexión. Aunque, el suministro se estableció en gran parte del territorio nacional a las pocas horas, en Jaén y en la zona de la comarca de las Villas, donde yo vivo, tuvimos que esperar hasta las primeras horas de la mañana del día siguiente, porque obviamente, no todos somos iguales. Como no sabemos lo que pasó, y seguramente esto dé para largo, además, ya está la derecha preparada para disparar a todo lo que se mueva, pero no entraré por ahí. Sí quiero destacar dos cosas. Primera, que para muchas familias, más allá de la angustia y la impotencia, fue un momento pre-digital muy interesante, donde se volvió a poner pilas a la radio del abuelo y se comió un bocadillo a la luz de las velas. Un apagón que al final fue muy iluminador y demostró que podemos vivir, al menos, un rato, sin redes, influencers y la pizza a domicilio. Y lo segundo, aunque no sea ni por aproximación lo mismo, ayer experimentamos por unas horas lo que significa vivir sin luz, como ocurre en Gaza desde hace meses o en La Cañada desde hace años. Lo nuestro una anécdota, lo suyo, un genocidio.

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