Ignorantes y allegados

De vez en cuando los españoles demostramos lo escasos que andamos de cultura; cualquier cosa que nos aleje de lo que usamos en nuestra vida cotidiana, es motivo de mofa; ésta la utilizamos como defensa de nuestra ignorancia, entre otras, la lingüística. Como muestra, está el botón de la palabra “allegados”. ¡La que se ha montado con la susodicha! Los políticos, mostrándose como paletos lingüísticos y empujados por su ideología, han cargado contra una palabra que, por lo que parece, desconocían hasta ahora y que les sirve más como herramienta, a usar contra el gobierno central, que como motivo para ampliar el conocimiento. Si se hubiesen molestado en buscar en el diccionario el significado de allegados hubieran visto que se refiere a la persona que es pariente (no directo), próximo, cercano (recomiendo la novela Allegados de Ernesto Garratt). Nuestra picaresca va a usar este término para colar a aquellos que no lo son, mediante engaño; pero díganme en qué ámbito de la vida no se aplica esa picaresca; hasta el emérito la utiliza y no digamos los partidos políticos, sobre todo algunos más que otros (y no hace falta decir cuáles). Un poco más de cultura mejoraría la capacidad de gestión de nuestros gobernantes. Y nosotros se lo agradeceríamos.