Ibn Al-Ahmar

27 mar 2016 / 10:35 H.

Si decimos Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr, pocos repararan más que en un nombre árabe; si decimos Ibn Al-Ahmar, ya habrá quienes concreten algo más. Lo cierto es que resulta un gran desconocido en su Tierra. Fue un rey nazarí nacido aquí, en Arjona, territorio de la campiña jiennense. La importancia de este personaje es trascendental en la historia de Al Andalus, por tanto también de la jiennense. Fue un rey que gustó de la agricultura, aún nuestra seña de identidad. Dicen la crónicas que disfrutaba labrando las tierras con sus propias manos. No es por tanto descabellado pensar que cogería aceitunas y se deleitaría con su zumo. Pero la gran acción que dio realce a su memoria, a su reino y a siglos venideros, fue ser quien inició la construcción de La Alhambra granadina sobre una fortaleza existente. Debemos sentir orgullo del legado cultural y arquitectónico que un paisano nuestro legó a la humanidad. Dicen que uno es lo que empezó construyendo en su niñez. Sobre esa premisa el gran Rey desarrollo en la hermana Granada toda la savia que su Jaén natal le dio.