Humanismo y Navidad

    25 dic 2022 / 13:27 H.
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    Crece el número de mendigos en los lugares transitados de las ciudades. Sucede cuando diciembre se acerca a los días de Navidad. Se trata de una costumbre medieval: las personas mordidas por la menesterosidad buscaban en las catedrales aquella dádiva, casi olvidada, que clérigos de cualquier orden religiosa proporcionaban bajo el nombre de limosna o caridad. Palabras malsonantes para una sociedad empeñada en evitarlas sin abolir la existencia de los necesitados. Emigrantes desplazados de cualquier guerra sujetos a la disciplina de las mafias, precisados de cobijo y comprensión en días absolutamente huérfanos de aquel calor que, paradójicamente, quebró un “humanismo” alzado sobre una tierra abundosa en ovejas: Florencia. Los Medici elevaron el poderío de su palacio sobre el espíritu de las catedrales y las universidades que, enseguida, escondieron secretamente el misterio que hizo posible la grandeza de templos góticos tales como Notre Dame. Lugar en donde René Robert, conocido fotógrafo de 84 años, moría por extrema hipotermia en la Plaza de la República. Era el 20 de enero de este año en un París iluminado y positivista. Con todo, respetados lectores, es Navidad.

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