Hoy no sé qué decirte...

    22 jun 2022 / 14:41 H.
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    Hoy no sé qué decirte, hoy no sé de qué hablarte, hoy dejo mis sentidos en tus calles dormidas, dejo que me acaricie la brisa que te cubre, esos cielos azules que coronan tu tierra y esa alfombra que extiendes sobre tus pies curtidos. Hoy vagando mi mente por tus claras aceras van buscando tu esencia, tu luz y tus caricias. Hoy siento tus jardines, tu historia, tus latidos... quisiera estar contigo, beber el agua fresca de tus fuentes sonoras, contemplar desde ese cerro tuyo la altura que te guarda. Desde lejos dibujan mis palabras tu nombre, la muy noble y muy leal, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla. Eres el olivar de los sentidos, el compás de los versos que cantan con ese leve tuyo susurro sostenido. Hoy no sé qué decirte... Hoy busco la sombra de tus torres que cantan, tus angostas y empinadas callejas que tantas veces me han sorprendido, cuando me he dejado perder en tus antiguos barrios que te hacen diferente. Es necesario detenerse, contemplarte y sentirte... para saber de ti, y poder admirar esa belleza oculta que te orna. Hoy quiero dejarme conquistar por tus esquinas, tus flores, tus arcos, tus colores, tus vientos, tus aromas, tus luces, tus ocasos soñadores, tus auroras melódicas, tus rosas, tus claveles... Hoy no sé qué decirte, qué versos declamarte, qué palabras dejar escritas al borde de tu sombra. Siento la fuerza del calor del verano en tus tardes de azules, rosas, naranjas y violetas, con que se tiñe el cielo, y se duerme el sol en tus tejados, antes que la noche vuelva a cubrir tu oscuro firmamento con su manto de estrellas y se encienda el sonido que despierta cuando retorne a ti la madrugada. Desde lejos te siento, sueño con tu mirada, con tu sonrisa azul, con la luz que te viste, con el añil que habita en tu bandera. Con rezar ante la imagen de tu excelsa patrona, ese aromado nardo, que guarda tu corazón bajo el manto celestial de su Capilla. Y buscarte en ese Santo Rostro, la faz de Cristo que se quedó plasmada en el paño de la mujer Verónica. Y dejar un poema a los pies del dulce Nazareno, el Abuelo aclamado, Jesús de los descalzos descalzado. Hoy quisiera mirarte, encontrarte, sentirte... Hoy no sé de qué hablarte. Hoy no sé qué decirte...

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