¿Héroes o víctimas?

    01 abr 2020 / 16:20 H.
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    Ante una catástrofe o adversidad de grandes dimensiones como esta pandemia del covid-19, suele ser esencialmente humano buscar héroes que, con su valentía o su sabiduría, mitiguen el miedo o la congoja que nos provoca. Y como ese superhéroe, con bata blanca en lugar de capa, está tardando en traernos la vacuna o el tratamiento salvadores, los buscamos donde sea. Pero no confundamos. De las redes sociales me están viniendo mensajes tratando de hacer héroes de esas personas mayores, que sufren principalmente el azote del virus. ¿Dónde está la heroicidad? ¿En resistir resignadamente tirados en los pasillos de los hospitales porque no hay una UCI ni un respirador que los salve? ¿O en permanecer asustados en sus residencias o en sus casas viendo las noticias en las que se les recuerda con datos sobre muertes que son los que más en peligro están y que no hay tratamiento eficaz? Todavía, si les toca la china y logran superar el coronavirus, podrían tener un cierto matiz de héroe. A la fuerza. Por resiliencia. Y no creo que a ellos, si llegan a enterarse, o a sus familiares les sirva como lenitivo que se les considere héroes sin propósito ni causa noble. No son héroes, son víctimas de un enemigo invisible que nos ha cogido desprevenidos, de la globalización, de la naturaleza que se rebela contra la soberbia del hombre que se cree dominador y mira para otro lado ante los vaticinios que avisan de un rumbo equivocado, de los recortes en lo esencial para que haya para lo superfluo, como son tantos cargos políticos de sueldos astronómicos. Y no me suscitan admiración, sino una inmensa lástima, impotencia y rabia.

    Si de buscar héroes se trata, habría que mirar hacia las personas que, a riesgo de contagio, siguen al frente de los servicios básicos, a los cuidadores que atienden a los más desvalidos y, más que a ninguno, a todos los profesionales de la salud que siguen al pie del cañón con tan precarios medios. Aunque a buen seguro que ellos agradecerían más que el aplauso y el reconocimiento de su abnegada labor que se les dotara del material necesario para seguir salvando vidas sin arriesgar temerariamente la propia.

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