Hdlgp

    05 ago 2022 / 16:00 H.
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    Por diversas circunstancias, en estos días recorro habitualmente el tramo Los Villares-Jaén y viceversa, y las charlas veraniegas me han corroborado que mi experiencia personal es generalizada (y extensible sin duda a otras carreteras): hay un reducido grupo de conductores, con las conexiones interneuronales justas para meter las marchas y pisar el acelerador, que casi a diario adelantan en línea continua, toman tramos por el carril contrario, van a velocidad excesiva y, en definitiva, conducen de forma temeraria, por no decir suicida/asesina. Al ser siempre los mismos y de forma recurrente, hay cierta probabilidad de que choquen entre ellos, lo que, sin consecuencias graves, no sería nada malo, y no es por desear mal a nadie, ¡Dios me libre!, sino por desear el bien, o sea la seguridad y la tranquilidad, al resto de los conductores y a ellos mismos, pues quizá del golpe les conecte las neuronas y al menos les dé un tiempo de pausado reposo para pensar en los demás. Mientras la selección natural actúa y antes de que provoquen un grave accidente, que eso sí que es probable, no estaría de más que las autoridades con competencias en el asunto actuaran contra estos Habituales De Las Grandes Prisas (también conocidos por Hdlgp).

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