tú mismo

    07 ago 2019 / 10:24 H.

    En la consigna de que cada quien sea más autosuficiente y autónomo, que como objetivo general es deseable y necesario, nuestra sociedad ha entrado en una dinámica en la que o te lo haces tú todo, bien o mal o como puedas, o buscas un lugar en donde, con suerte, te atiendan. Y se podrían citar muchos ejemplos, pero quiero referirme ahora a la tendencia, generalizante, del autoservicio del combustible en las gasolineras. Parece que esta industria no genera suficientes beneficios como para costear según qué puestos de trabajo, el de repostar a cada usuario, uno de ellos. O quizá solo pretenden que cada vez seamos capaces de hacer más cosas de forma autosuficiente. Y hemos aprendido ya tanto, que servirse uno mismo el combustible, en ocasiones o siempre, es una imposición más. En especial, si cerca de ti ves algún paisano que está ocupado en la misma tarea, con su cigarro en la mano o en la boca y que, viéndote, lo apaga —por descuido olvidó hacerlo, o, con menos indulgencia, lo olvidó por negligente— y piensas lo bien que estaría que hubiera alguien encargado a tal efecto, cumpliendo y beneficiándose de un puesto de trabajo y, de paso, de hacernos la vida un poco más fácil y, según lo visto, más segura.