Hasta luego, Lucas

22 oct 2019 / 10:44 H.

Me consta que aún hay muchos jiennenses que no se recuperaron de esta maratón de alegría y diversión que fue la feria de San Lucas. Afortunadamente, este año no hubo motivos para interrumpir ni aplazar las citas en el ferial y sus aledaños. La lluvia y el viento alzaron la mano por esta vez y solo se dejaron asomar tímidamente, sin intención de reprimir a nadie. Cada uno vive la feria a su manera, de acuerdo a sus gustos, posibilidades, condiciones físicas y... su edad. Mis ferias de ahora no son como las de antaño. Solía ligar mis aficiones a mis obligaciones como periodista. Conocí a muchos famosos: actores, cantantes, toreros, humoristas, cantaores, deportistas, y me gustaba tener un rato de asueto con ellos, sobre todo cuando eran integrantes de espectáculos que estaban en Jaén durante todos los días de feria. Todos aquellos cantaores famosos que traía la Peña Flamenca de Jaén su caseta que, al margen del escenario, se dejaban decir un cante en la intimidad tomando una copa. O humoristas como Pakím, que solía venir en el teatro Chino un año y otro. Paco Alcaraz era sevillano, íntimo amigo de Manolo Ruiz Sosa. Hicimos una entrañable amistad. Recuerdo que un año, los actores del Chino hicieron un equipo de fútbol que se enfrentó a otro integrado por jugadores veteranos del Real Jaén en el Campo de la Federación. Pakím residía en Valencia y seguí teniendo contacto telefónicos durante muchos años, hasta que un día, hace un par de años, cogió el teléfono su hija y me dijo que su padre estaba muy mal. Cuando a los pocos días intenté conectarme con ella, la respuesta fue que el número marcado ya no existía. Algo parecido me sucedió con otro humorista también del teatro Chino, compañero de Pakím. Tony Garsan estuvo viviendo varios años en nuestra ciudad. Se marchó y no pude saber nada de él por más que lo intenté. Eran otros tiempos y no voy a decir que eran otras ferias. Las ferias siguen y somos nosotros los que nos vamos quedando atrás. Aún así, este año hice, nada menos, que cuatro visitas al ferial. Ya les hablé de la mala experiencia de la primera noche al intentar cenar en una de las casetas. Volví tres veces más y me atendieron satisfactoriamente. Aunque noté que el personal de servicio que había esa primera noche, cambió en gran número. En fin, la feria acabó y hay que decir, ¡hasta luego, Lucas!