Hacia la reconstrucción del PSOE

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Que la realidad es poliédrica es una obviedad que no admite mucha discusión. Ahora bien, cuando esa realidad viene acompañada de datos cuantitativos como ocurre con los resultados de estas últimas elecciones del 19-J en Andalucía, el análisis que pueda hacerse en términos de resultados para el PSOE-A difícilmente deja espacio ni para la negación ni mucho menos para el consuelo o la resignación. En Andalucía, el PSOE-A ha pasado de 33 a 30 diputados y diputadas, dejándose en el camino 130.000 votos respecto a 2018, baja de la barrera psicológica del millón de votos y pierde en dos bastiones socialistas tan importantes como Sevilla y Jaén. En lo que a la provincia de Jaén se refiere el porcentaje provincial del voto al PSOE ha sido de un 27,08%, 8 puntos porcentuales menos que en las anteriores elecciones. En cuestión de municipios de los 97 jiennenses, el PP ha ganado en 56 frente a los 36 del PSOE, 3 con empate PP-PSOE y 2 de Ciudadanos.

En base a ello mi compañero, Luis Ángel Hierro, que fue candidato en las primarias del PSOE de Andalucía en 2021, en un ejercicio de valentía y compromiso activo ha exigido responsabilidad política a Juan Espadas y a la Dirección del PSOE-A, por haber obtenido los peores resultados electorales de su historia, manifestando que “No podemos perder ni un solo día en la Reconstrucción del PSOE de Andalucía”.

En esa recomposición del PSOE-A, y por consecuencia del PSOE de Jaén, varias son las premisas que determinarán una “reconstrucción exitosa”. La primera pasa por reconquistar el espacio sociológico de la izquierda que represente fielmente a la mayoría social de Andalucía que es la clase trabajadora combativa de sus derechos. Dicho de otra forma, todas las políticas públicas de desarrollo de los diferentes sectores productivos impulsadas por socialistas, tienen que conllevar de manera ineludible mejoras en las condiciones laborales y de vida de sus trabajadores y trabajadoras.

Una segunda premisa tiene que ver con acompasar los valores que inspiran el proyecto socialista y la acción política, es decir, la necesaria coherencia entre lo que se dice y lo que se hace para no defraudar a quien nos ha de votar. Si se trata de armonizar los diferentes intereses de la sociedad, las prioridades del PSOE-A como opción política de izquierdas tienen que estar meridianamente claras. Por ejemplo, si proclamamos ser ecologistas no hay margen para la indefinición a la hora de proteger Doñana frente a otro tipo de intereses, mucho menos cuando Europa y el Gobierno de España van en la misma dirección. No podemos cometer ese tipo de errores políticos.

Otra premisa, la tercera, tiene que ver con la reafirmación orgullosa del PSOE y de nuestros ideales de igualdad, justicia social y libertad, frente al manoseo interesado que la derecha hace de los mismos. Ningún partido político en España tiene el aval de 143 años de historia a sus espaldas como lo tiene el PSOE, ni hemos cambiado nuestros ideales, ni nuestras siglas, ni mucho menos renunciamos a ellas. Hemos sido los artífices de la modernización de Andalucía y lo vamos a seguir siendo en el futuro. Ahora se abre una nueva etapa en la que toca fortalecer al PSOE-A, sentir orgullo de formar parte de esta gran familia socialista y salir a la calle por toda Andalucía.

La eficacia de esta defensa pasa por una cuarta premisa, necesitamos la concurrencia de toda la organización sin exclusiones y, en especial, de su militancia. No se pueden cerrar heridas en Andalucía intentando amputar a una parte del partido. Además, necesitamos una militancia ilusionada con el proyecto, sin menoscabo de la crítica porque la izquierda si no es crítica, deja de ser izquierda. Cuando las críticas son entendidas como un valor que mejora el proyecto político, la unidad no tiene porqué resentirse.

La última premisa, la quinta, tiene que ver con el cambio y con una mayor apertura del PSOE-A a la sociedad que le permita ser permeable a los retos de la sociedad andaluza del siglo XXI, renovarse y ser un atractivo para la juventud. El PSOE-A tiene que ser ese partido vivo y dinámico que facilite la entrada de savia nueva que permita una renovación adecuada. No hay nada más nocivo para la vida de una organización política que un liderazgo superado electoralmente impida que fluya el caudal político, porque es de lógica que si ese caudal político y personal no fluye, se alejará de este partido. El PSOE de la provincia de Jaén, tiene en esta cuestión una asignatura pendiente cuya resolución urge.

Por eso, desde el agradecimiento a quienes han dado tanto, la realidad indica que se cierra un ciclo y se abre otro sobre la reconstrucción y la esperanza para el PSOE-A y para el PSOE de la provincia de Jaén. La ciudadanía ha colocado la piedra en nuestro tejado y solo de nosotros y nosotras depende conquistar de nuevo su confianza. Con grandes dosis de generosidad seguro que lo vamos a conseguir.

(*) La autora es militante del PSOE y fue Delegada de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía en Jaén.

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