Hacerse el sueco

En vísperas de la Epifanía, los niños y niñas de Jaén se afanan por comportarse bien para que sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, les traigan lo que han pedido en sus cartas. Me ha soplado un Paje Real, muy preocupado, que de nuevo ha descendido el número de cartas recogidas. Me cuenta que esto se debe al alarmante descenso de la natalidad, un problema que afecta a todo el mundo, pero especialmente a España con 1,3 hijos por mujer en edad fértil. Tener hijos hoy es toda una proeza, pues los gastos de su crianza pueden suponer un cuarto del salario mensual. Lo que más cuesta a las familias es la conciliación familiar y laboral: guardería, comedor, actividades extraescolares y campamentos. Esto, unido a la elevada temporalidad en el empleo, la subida en los precios de la vivienda y la escasez de ayudas públicas que favorezcan la natalidad y la atención familiar, puede situar a una joven pareja en riego de pobreza y exclusión social. Esta es una de las razones de peso por la que deciden no tener hijos. Aprendamos de Suecia, con políticas de natalidad independientes del color político del Gobierno, con 480 días de baja por maternidad y días libres por enfermedad de los hijos.