Hacer el agosto

Nuestros mayores, sufridos y abnegados, decían hacer el agosto para referirse a la siega del trigo, cebada, garbanzos y su acarreo, aventado, trillado, ensacado, apilado y venta en ferias y mercados; irónica y metafóricamente aludían a aquellos que extraían inmerecidas riquezas de sus ardides y astucias entonces y ahora.El sentido esforzado y laborioso de hacer el agosto en campos, industrias y servicios sigue activo en la clase trabajadora y media española durante todo el año, la España que madruga. El sentido irritante en gerifaltes y trápalas lleva décadas difundiéndose con la cultura del pelotazo y la vorágine autonomista. En este río revuelto e innecesario en que han enredado a España, están agostando a las familias, ciudadanos y empresas, además el covid. ¡Ay, la fábula moral de la cigarra cantamañanas, holgazana y parásita que se ríe de la abnegada hormiguita trabajadora! Los sátrapas comunistas de Cuba hicieron su agosto hace 60 años y así llevan agotando esta maravillosa isla caribeña con hambrunas y exilios. Patria y vida, claman los cubanos frente a esa tiranía. ¡Aquí nos prohíben hasta ferias y fiestas por nuestra salud!