Hablar del gobierno

15 mar 2016 / 17:20 H.

Hace pocas noches, en un programa de La Sexta, escuché reconocer a Forges, uno de los más populares humoristas gráficos de nuestro país, algo que yo he comentado muchas veces casi desde que estamos malviviendo esta democracia. Forges dijo que los políticos son un caldo de cultivo inagotable para quienes tenemos que hacer humor de la actualidad. Yo añadiría que, en esta parcela, son un chollo por el que tenemos que estarles sumamente agradecidos. Es muy fácil hacer un chiste de la mayoría de las cosas que hacen y de casi todas las que dicen. Para esto sí son buenas la democracia y la libertad de expresión.

Así que hacer chistes de los políticos es un recurso fácil que siempre está a mano. Lo que resulta casi imposible es hablar en serio de ellos. Aunque a lo mejor tomarlos en serio tendría más gracia todavía. Esto lo sabemos bien los que ya hacíamos humor gráfico en los años 50, 60 y 70, en plena dictadura. Por más cuidado que poníamos en la intención, eran muchos los dibujos que iban a la papelera. Hemos ganado en libertad, aunque para demasiada gente esto de la libertad no signifique nada más que poder elegir entre acostarse sin cenar o no acostarse.

Recordarán a esa famosa pareja de humoristas formada por Luis Sánchez Polack “Tip” y José Luis Coll, que ocupó más de tres décadas en el campo del humor televisivo, teatral y cinematográfico. Este dúo sufrió constantes intervenciones de la censura, por lo que más de uno de sus programas hubo de ser retirado de la parrilla. Entonces del Gobierno no se podía hablar, ni siquiera hilando muy fino. En una situación así, con el hacha de la censura sobre sus cabezas, Tip y Coll comenzaban sus actuaciones diciendo “hoy vamos a hablar del Gobierno”, pero dejaban caer sus diálogos tan absurdos como hilarantes sin hablar nada de política ni de los políticos y, al final del sketch, al despedirse, siempre decían: “Y mañana, hablaremos del Gobierno”. Ambos se fueron de este mundo sin hablar largo y tendido del tema.

Hoy ya es otra cosa. Hoy se pueden hacer chistes de los políticos sin que, al menos casi nunca lo demuestren, se enfaden. Y es que en el fondo, al final, son ellos los que se ríen de todos nosotros y llevan muy bien aquello de “dame pan y dime tonto”. Pues así las cosas, la semana que viene hablaremos del Gobierno.