Ha vuelto el Regina

Hace veinte años escribí aquí del Regina, toda una institución tosiriana que siempre fue lugar de buen beber y comer; la jubilación de Pepe Molina provocó su cierre con intentos más o menos fallidos de seguir. Ahora sí creo que se puede afirmar que ha vuelto; se le esperaba como agua de mayo, sin él el centro histórico, y sobre todo la plaza, estaba muerta, a pesar de que haya otros bares con peculiares formas de servir, abrir y cerrar, con olvido de que hasta en las huelgas, hay servicios mínimos. Lleva ya unos meses —me hace feliz verlo abierto— desde Navidad, con la gestión de Manuel Anguita, un hombre experimentado, trabajador y cabal, que no ha escatimado en dotarlo del personal competente en sala y cocina que permite prestar con dignidad y nivel los servicios que se le demanden y comer, beber y disfrutar cuando apetece. Echo de menos el comedor de siempre, ¡qué se le va a hacer! Con Manolo, el Regina se ha consolidado, es viable; lo merece el local y la dinamización de nuestra preciosa plaza; me consta que ese es su compromiso y los paisanos deberíamos corresponder al reto que es cosa de todos, ya que estos negocios tienen no poco, de servicio público. Que sea por muchos años.