Gran alcalde para un gran pueblo

    08 jul 2019 / 12:13 H.

    Cristóbal Rodríguez ha conseguido en las elecciones municipales un triunfo que será caligrafiado en los anales con letras cervantinas de la imprenta de Ibarra. Cristóbal es un hombre al que Stendhal y Flaubert hubieran convertido en personaje de sus novelas; universales y miríficas en el horizonte de las páginas encuadernadas por la posteridad homérica. ¡Ha nacido una estrella en el PSOE de Andalucía! Llano y humilde, inteligente y culto, este alcalde hernandiano, al que Cervantes hubiera quijotizado y sanchificado a un mismo tiempo, es un político esplendente para un gran pueblo como es Castillo de Locubín. Sol y estrella en las horas que marca la leyenda, cuando el periodismo supera a la literatura en saber escribir las sílabas de una nueva métrica. La villa de las mejores cerezas del mundo tiene un joven, el cual es alcalde de todos: los que lo han votado y los que no lo han votado. Desde la Acamuña, miro el paisaje azoriniano que se percibe como si fuera la pintura de Rembrandt. Es como una página en la que la prosa se asemeja a un artículo de Camba. Larra, en el recuerdo. ¿El mejor alcalde, el rey? No: Cristóbal Rodríguez. Con la comedia de Lope de Vega, haciendo infinito el tiempo.