Gobierno progresista

    20 ene 2020 / 08:38 H.
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    Ya tenemos nuevo Gobierno de la nación. Gobierno progresista y de izquierdas, según se autocalifica. Durante bastantes meses los españoles del común hemos asistido a un inagotable teatro. ¿Una farsa, una comedia, un esperpento? Negociaciones interminables en la sombra para justificar lo que los políticos saben hacer mejor: repartirse cargos y sillones. Insuperables poses, flases y carteras. Paralelamente, en otra órbita, mucha gente preocupada por su futuro, por la falta de trabajo, por la despoblación rural, por la lenta desintegración de la igualdad jurídica y territorial de España. Atrás han quedado, de momento, los oportunistas discursos guerracivilistas y las apelaciones a Franco. Los cordones sanitarios a la denominada “ultraderecha”, tachada de fascista, parece que no funcionan. El neorrepublicanismo y el neocomunismo chocan con una memoria histórica muy poco digna de ser recordada y mucho menos ensalzada. Porque a la gente honesta indignan las violencias, las ocupaciones, los señalamientos y los escraches. Y paradójicamente pide la misma libertad de expresión que tanto se reivindicó en tiempos de censura franquista. Hay ya cansancio de las noticias teledirigidas por los que gobiernan. La democracia es enemiga de las imposiciones y de los engaños. Y está cimentada en el respeto, la transparencia y la sana alternancia en el poder.

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