Gloria a Dios en
las alturas

    28 jul 2022 / 18:19 H.
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    Gloria a Dios en las alturas, retiraron las basuras...”, cantaba Serrat. Sí, es una gloria y una delicia ver un municipio o una ciudad limpia. Es una envidia. Tengo envidia de esos países en los que el decoro y el orden se traducen en calles, plazas, impolutos. Mi ayuntamiento hizo no ha mucho un cambio de contenedores urbanos, los soterrados, con acierto. Esfuerzos que son de agradecer. Pero la suciedad sigue manchando nuestras vías, plazas, jardines a pesar del servicio de limpieza del municipio. Muchos ciudadanos creen que este servicio es deficiente por unas u otras razones (¿falta de trabajadores?, ¿poca coordinación y control?) y se quejan. Mas hay una variable fundamental que parece no contemplarse: ¿no tendremos los ciudadanos gran culpa en la permanencia de esta suciedad extendida? Por mucho que los trabajadores de limpieza hagan ¿es que tendremos que tener uno que vaya detrás de cada persona recogiendo lo que esta tira por la calle? El problema está aquí, en el nulo civismo que tenemos al respecto. Contra esto no hay servicio de limpieza que valga.

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