Futuro del olivar en Jaén

03 dic 2016 / 11:16 H.

Las nuevas ayudas de la Politica Agraría Común, diseñadas por el Gobierno de España, están perjudicando notablemente al olivar de la provincia de Jaén, debido a los criterios establecidos por el Partido Popular. Tanto la provincia de Jaén como el resto de Andalucía están perdiendo fondos en beneficio de otros cultivos y otros territorios, no sólo en lo concerniente a las ayudas directas sino también a las partidas destinadas a desarrollo rural. Las malas previsiones han sido superadas: de los 30 millones de euros anuales de pérdidas estimadas para Jaén hemos pasado a la cruda realidad de los 42 millones de euros. En total, el olivar jiennense dejará de percibir 272 millones de euros en este marco comunitario, un recorte injusto y sin precedentes que tiene como responsable único y directo al Gobierno del Partido Popular. Con otro Gobierno progresista más sensible con el medio rural, esta Politica Agraría Común no se habría consumado. El olivar ha sido el gran perdedor de este reparto de las ayudas, aceptado por el Partido Popular. La Unión Europea no nos ha quitado ni un euro. Ha sido el Partido Popular el que ha fijado en España unos criterios de reparto con los que ha primado a otras comunidades y a otros cultivos. Y no sólo eso, también ha beneficiado a los grandes propietarios frente a los pequeños y medianos agricultores. A los primeros les ha bajado la retención del 14% al 8,64% y a los segundos les ha dado un recorte global del 16% a sus ayudas directas. Fue el Gobierno del Partido Popular el que decidió eliminar las ayudas inferiores a 300 euros, con cerca de 10.000 afectados en la provincia de Jaén, y desde luego fue el Gobierno del Partido Popular el que excluyó al olivar de pendiente de las ayudas asociadas a pesar de tratarse de un cultivo vulnerable, con problemas de rentabilidad y en evidente riesgo de abandono. Ahora hay abierto un proceso de revisión de esta reforma y le debemos exigir al Partido Popular que rectifique y que repare esta injusticia contemplando las ayudas asociadas para el olivar de pendiente. En cualquier caso, estamos a tiempo de impedir que estas agresiones al campo andaluz y jiennense se repitan en los próximos años. La nueva situación política puede permitir presionar para enmendar la propuesta de revisión, porque el desarrollo rural se juega parte de su futuro. Nuestros pueblos no pueden permitirse estos criterios de repartos injustos. Si queremos pueblos vivos, con ayuntamientos efectivos, con vecindario en igualdad de oportunidades y derechos, con un olivar fuerte y en crecimiento, ahora hay una opción, que es cambiar esa fórmula injusta de recorte a las subvenciones al olivar y a los criterios de reparto, que tanto daño están causando en el medio rural de la provincia de Jaén. La Política Agraría Común debe ser un instrumento de protección para los cultivos tradicionales de las zonas desfavorecidas de nuestra provincia para garantizar la conservación de las zonas rurales con grandes impedimentos orográficos. Es necesaria hacer una política más justa de distribución de ayudas y establecer un tope máximo en el cobro de las ayudas.