Frente al precipicio

    11 oct 2019 / 08:58 H.

    De regreso a casa escuché a dos jóvenes que reían y hablaban sobre cómo se habían divertido el fin de semana. Él le explicaba a ella que no logró acabarse la botella de ron, pero que estaba dispuesto a conseguirlo hoy. Ella se reía y le animaba a hacerlo. Ambos comentaban lo mal que se pusieron y cómo al día siguiente no recordaban nada. Muchos jóvenes piensan que hartarse de alcohol en fiestas no tiene consecuencias. Pero ha quedado demostrado que el atracón de bebidas alcohólicas les pone al borde del precipicio, afectando al sistema nervioso central y produciendo alteraciones en sus relaciones sociales, aflorando las conductas violentas y prácticas sexuales de riesgo. ¿Por qué se asocia la diversión al alcohol? Deducimos que tomar bebidas alcohólicas nos desinhibe, genera euforia y aumenta la sociabilidad. No obstante, su consumo es cada vez más abusivo y durante un corto espacio de tiempo, lo que provoca que estos efectos se tornen en dificultad para hablar, asociar ideas, descoordinación y, por último, intoxicación aguda. Ahora se consume mucho en poco tiempo. Entonces, ¿para qué habilitar espacios de botellón? Si como dijo Amy Winehouse: “El alcohol es un verdadero veneno”.