Formas de vivir

10 nov 2016 / 11:43 H.

Existen más de mil formas de poder ganarse la vida. Algunos, incluso, se la ganan trabajando, aunque normalmente esta no sea la que produzca mayores beneficios. Aparte del trabajo normal, se puede vivir del deporte, del arte, del talento, de las habilidades específicas, del esfuerzo físico y, sobre todo, se puede vivir —y quizás esta sea la manera más rentable— del cuento. Claro que, dentro de esta especialidad tan arraigada y contagiosa, existen diferencias. Hay quienes pudieron vivir del cuento gracias a su talento para inventarlo, escribirlo y darlo a conocer, como Christian Andersen, Charles Dickens, Oscar Wilde, los hermanos Grimm e incluso Gloria Fuertes.

A todos ellos, y algunos más, sus cuentos los hicieron famosos universalmente. La otra especialidad, la más frecuente y la que tiene más practicantes, es la de vivir del cuento, que no es otra cosa que tratar de vivir del trabajo de los demás. No crean que, aunque estos cuentistas se cuenten por millares la tarea es fácil. Exige unas cualidades muy especiales entre las que la más básica es tener la cara muy dura. Quizás lo más positivo que pueda decirse de esta casta es que nunca habrá entre ellos un golpista, porque todos ellos odian eso de dar golpe. Esta especie se encuentra en todas las escalas de la sociedad, desde arriba hasta los estratos menos favorecidos. Se podía poner como ejemplo a docenas de políticos, de empleados de favor, de cargos de cogotazo, de hijos de papá y docenas más, aunque también los hay que ejercen el oficio como autónomos, por libre. Estos son menos incontrolables aún.

El escaparate donde más caras de esta índole se exhiben es la televisión. En la pequeña pantalla son incontables los personajes que vemos que viven del cuento aprovechando las facilidades que algunos programas ofrecen para explotar esta cualidad. Ahí vemos cuántas personas viven del trabajo de los demás, de la fama ajena. Son muchos los nombres que me vienen a la cabeza, pero los más populares quizás sean los pertenecientes a la saga de la Pantoja y a la de Rocío Jurado. Lo mucho que trabajó la Jurado para sacar adelante a buena parte de su familia y, desde que ella falleció, hay algunos de esa saga que no han vuelto a dar un jornal como Dios manda. Si en vida vivieron a la sombra de Rocío, tras su muerte parece que siguen viviendo de su memoria.