Flequillo rebelde

25 feb 2018 / 11:15 H.

En democracia la ley sólo puede modificarse desde la propia ley mediante el pacto, la negociación o el acuerdo. Nunca, como se ha pretendido en Cataluña, a patadas que puedan derivar en situaciones de violencia de las que nuestro país sabe bastante. La consecuencia de las pretensiones soberanistas tras la aplicación de los mecanismos legales previstos en la Constitución son evidentes. Políticos encarcelados, sociedad fragmentada, fuga de empresas, disminución alarmante del turismo y actores de la sedición en fuga.El último caso esa chica de flequillo entre colegial y rebelde que se ha instalado en el paraíso de las cuentas opacas y la neutralidad según para qué. Pretende desde la patria chica de Rousseau internacionalizar el conflicto desde un lugar ajeno a la Unión Europea que sin fisuras se ha posicionado a favor del orden constitucional. Le haría bien leer al pensador ginebrino cuando afirmaba que “toda ley que el pueblo no ratifica es nula o no es ley”. En Cataluña la mitad de sus habitantes así lo entienden y empiezan a entender también esa parida en boca del delfín del molt despreciable cuando afirma que todo aquello fue un acto simbólico. Que pregunten a los comercios y establecimientos hosteleros qué clase de símbolo representan las pérdidas de ingresos en sus negocios.