Feminismos para avanzar

15 mar 2023 / 09:03 H.
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El inicio de esta legislatura generó un conflicto encubierto en materia de igualdad que ha provocado toda una explosión de incoherencias en esta última fase de la misma. La sucesión de insultos y acciones poco meditadas por parte del Gobierno, en la semana del 8 de marzo, deberían haberse evitado, porque son más las cosas que nos unen que nos separan y cuando los desafíos son aún tantos para conseguir una sociedad igualitaria, lo más sensato es unirse para avanzar en una agenda común. Cuando el Ministerio de Igualdad quedó adscrito al sector de Podemos era evidente que las políticas de igualdad estarían influidas por el denominado “feminismo del 99%”, liderado entre otras teóricas por la norteamericana Nancy Freaser. Esta corriente del feminismo, un “feminismo anticapitalista” con agenda propia, creció al hilo de las grades huelgas y manifestaciones mundiales del 8M y cuestiona las viejas estrategias del feminismo liberal y el denominado feminismo de la igualdad.

Mientras tanto, el ala feminista del sector socialista del Gobierno nunca entendió la necesidad de desprenderse del liderazgo del Ministerio de Igualdad, tan simbólico en la identidad de las políticas progresistas. Se ha echado así en falta una visión de conjunto en las leyes y las políticas de igualdad desarrolladas en los últimos años. En un Gobierno de coalición con diferentes enfoques a la hora de abordar determinadas políticas públicas, la igualdad no ha sido menos, pero es evidente que ha faltado diálogo y ha sobrado crispación. La agenda del feminismo es muy amplia y los enfoques y corrientes también desde su propia génesis. Pero es importante centrar las prioridades y tejer alianzas que permitan avanzar y no retroceder, porque las políticas de igualdad son las últimas políticas incorporadas al estado del bienestar y aún no están consolidadas.

Las leyes y políticas públicas puestas en marcha por el Gobierno de Zapatero, especialmente a raíz de la ley 3/2007 de igualdad efectiva de mujeres y hombres, generaron el avance más decidido en materia de igualdad de los últimos quince años. Por eso hemos progresado más que la UE, según el Índice de Igualdad de Género del Instituto Europeo de Igualdad de Género 2022. España ocupa la sexta posición en Europa en igualdad, con 74,6 puntos, por encima de la media europea (68,6 puntos). Todo esto es fruto de las políticas laborales contra la precariedad acometidas en los últimos años, el fomento de las políticas de corresponsabilidad, como los permisos parentales, o el ascenso en la representación paritaria de mujeres y hombres en espacios de responsabilidad. El diagnóstico actual de la desigualdad y la discriminación por razón de género nos arroja aún muchos déficits y situaciones sangrantes y requiere una agenda decidida para avanzar. Una agenda centrada en luchar contra la precariedad laboral, la feminización de las profesiones, la brecha digital de género, el reparto equilibrado de los cuidados, erradicar las violencias machistas y la cultura de dominación masculina que las provocan y alcanzar una auténtica igualdad en los puestos de poder. Pero no ayuda nada una agenda dispersa, un movimiento divido, personalismos e insultos grandilocuentes, y falta de decisión unánime del ejecutivo y el legislativo. La unidad de acción es fundamental para seguir avanzando y el momento requieres reflexión y no improvisación.

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