Feminismo islámico

    06 nov 2024 / 09:11 H.
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    La principal distinción, entonces, yace en la incompatibilidad entre el islam como religión y el feminismo como movimiento laico. Donde la vida es regulada por cuestiones de fe y preceptos religiosos, el laicismo vaciaría su identidad. No por ello dejaría de ser válido, y radical. Podemos suponer al feminismo islámico como el intento de crear un espacio entre posiciones contrarias pero complementarias, que sabe que el terrorismo no es religión y busca revocar el pacto sociopolítico sin socavar la fe. En palabras de Valentine Moghadam, socióloga y jefa de la sección de “Igualdad de Géneros y Desarrollo” de Unesco, “las posiciones extremas no permiten comprender el surgimiento de los movimientos reformistas”. La libertad es premisa fundamental del feminismo, y hemos mencionado aquí la imposibilidad legal de incluso elegir la propia religión. Queda por delante un camino de aceptación, hacia las diferentes posturas y propias vivencias del feminismo como movimiento social fruto de la desigualdad, y también de conciencia y difusión responsable de la información. Puede este ser un paso hacia una necesaria revolución, según Agostina Salman.



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