Felicitaciones navideñas

Ya es un añorado y nostálgico recuerdo. Por estas fechas señaladas, en las que se desea paz y ventura, cosa rara en este mundo revuelto como gallinero vociferante y sin control. Carteros, serenos, butaneros, limpiabotas y un largo etcétera, deseaban paz, prosperidad y venturoso año nuevo. Este inmenso detalle era compensado con una pequeña aportación económica, ya que los tiempos miserables no estaban para tirar la casa por la ventana. La Navidad, qué duda cabe es un encuentro deseado de familiares que, por azar de la vida, tuvieron que coger el hato y sus pertenencias para irse a otros lejanos horizontes que les proporcionaban el sustento y el bienestar de cada día, negado en su tierra donde nacieron. Esta Navidad de 2024 está empañada por las guerras de Oriente Medio y Ucrania, lo que nos es óbice para recrearnos en ese belén de figuras de arcilla que representan el nacimiento del Hombre Más Importante de la Historia. Un Hombre que solo desea el entendimiento de las personas y no, el enriquecimiento ilegal de las puertas giratorias, en este mundo basado en la corrupción, la codicia y el yo tengo más que tú. Desde esta mirilla, deseo a mis lectores una paz que sea estable y duradera y no a retazos como la que estamos viviendo.