Fascismos y negacionismos

    26 oct 2022 / 15:43 H.
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    Hay palabras maltratadas que se cobran su venganza a quienes las pronuncian. Y ello por la vía de la confusión que producen en el pensamiento o la comunicación política e incluso en la pertenencia a lo que es honesto o a lo que ya está envilecido. En los debates públicos o privados, se traen a colación, de forma temeraria, sustantivos que evocan trágicos episodios de nuestra historia más reciente y que constituyen la condición más depravada que es posible imaginar en el ser humano. Entre otras palabras, me estoy refiriendo al título de esta reflexión: fascismos y negacionismos. No resulta decente que cualquier desavenencia o desacuerdo político se califique con tal adjetivación sea por la izquierda o por la derecha, que también. Y no solo por razones de estricta justicia sino porque de esas desmesuras lingüísticas se origina paulatinamente un lavado de la realidad significada, una desmemoria progresiva de hitos absolutamente trágicos de indeleble recuerdo. Ocurre también con los negacionismos tan de hoy, referidos a pasados exterminios o a futuros horizontes como el ecológico. Me consta que las formaciones políticas de este país se sirvan del asesoramiento de correctores sobre comunicaciones orales y escritas de sus líderes: tal vez, sería deseable que sus ilustraciones se ensancharan hasta ofrecer a sus líderes respuestas a interrogantes que a veces se plantean como consecuencia de las tergiversaciones existentes entre significantes y significados, entre la palabra y el contenido al que hace referencia. Hay daños colaterales en el uso inadecuado de la expresión oral o escrita, y singularmente, confusión en las formaciones políticas a la que se pertenece. La palabra “libertad” es invocada, con admirable valentía, por infinidad de mujeres en Irán, pero también con los mismos fonemas, es utilizada por Putin, en Rusia, con notable desvergüenza. Vivimos o pensamos una generalizada sinécdoque política, la parte por el todo o viceversa. Cabe preguntarse ¿Existen populismos de izquierdas? ¿Es cierto, como señalan muchos analistas que la derecha, en sociedades tan señeras como EE UU está siendo fagocitada por la extrema derecha? Pues vale. Si ello es así que Dios nos coja confesados.

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