Farsas y esperpentos

Vivimos en mundo tan progresista y tan entregado a la inteligencia artificial que a la humana la hemos condenado a la pobreza y a la decadencia. Un mundo donde todo es negociable, sobre todo las guerras, las libertades y los salarios de los más desfavorecidos. ¡Adiós a la ética, a la educación, al trabajo, a la sabiduría, a la honestidad y al respeto que nos inculcaron otras generaciones anteriores! ¡Vivan la farsa y el esperpento que a diario llenan los programas televisivos cuidadosamente subvencionados y dirigidos desde arriba! Hoy cotizan los espectáculos inéditos y grotescos como el juicio por el beso de Rubiales o el del abusador confeso y colectivo Errejón, gran artífice de la famosa doctrina “hermana yo sí te creo”. Otro gran representante de la sublime intelectualidad posmoderna, Monedero, también anda el hombre últimamente en la picota, señalado por sus abusivos efluvios feministas... Hoy, quienes negocian los salarios y horarios laborales son quienes más ganan pero menos trabajan. Quienes viven para alimentar ficticias luchas político-sociales que a nada bueno conducen. Hoy, quienes más usaron la lucha contra la corrupción para alcanzar el poder son los mismos que huyen de jueces y periodistas incómodos, que investigan sus corruptas fechorías. ¡Estamos inundados de farsas y esperpentos!