Faena masticatoria

08 jun 2016 / 17:00 H.

Mi dentista me tiene con la boca abierta. Cada vez me sorprende con algo nuevo. Más de treinta profesionales, esta vez del norte de España, han venido hasta Beas para participar en los seminarios que organiza en su clínica/escuela. Yo creo, porque he hablado con todos, que en realidad lo que se está cociendo allí es un cambio de paradigma en la concepción del propio dentista. Una perspectiva diferente y novedosa de su misión, que tiene como valores básicos la eficiencia de la sencillez y la fuerza del sentido común. Y un cierto aire de renacimiento ético y saludable que mira más a la prevención que al tratamiento de la enfermedad. Como oyente, he aprendido cosillas sobre lo mal que comemos y respiramos. Me he enterado de que estamos perdiendo la función masticatoria porque usamos la boca para respirar en lugar de masticar, abusando además de alimentos triturados o licuados. Hasta el pan de molde viene ya sin corteza para poder tragar sin necesidad de fabricar saliva. “El agua de la vida”, como la llama don Emilio. Y digo yo si no estará pasando igual con la masticación mental. Porque la información que recibimos con las nuevas tecnologías es tan excesiva como accesible. Y es tan importante la selección de los datos que queremos como su tratamiento desde la inteligencia crítica personal. Eso sí, podemos poner la tele y elegir la tertulia que más nos guste, de tal forma que sean otros los que los traten, y, como con la comida, nos den ya las decisiones o los pensamientos, si no batidos, sí lo bastante debatidos. Aunque correríamos el riesgo de instalarnos en otra especie de obesidad, la intelectual. De cualquier forma es tiempo de cambio, y esta filosofía práctica del llamado “dentista de la nariz” es un buen ejemplo. Una cuestión de educación para la salud, pero también para el pensamiento saludable. El verbo mascar, al menos en la Sierra de Segura, tiene doble significado, el masticatorio y el reflexivo, y este serrano de pro tiene la clave para comprender los dos a la vez.