Fácil... difícil

    29 oct 2025 / 08:28 H.
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    Cuando el escritor Eduardo Mendoza recogió el Premio Princesa de Asturias, aludió al humor, la inteligencia y la educación como elementos equilibradores de una mente plena. Tres cualidades difíciles de desarrollar, construir y hacer crecer. Las tres se cultivan a partir de una premisa tan fácil como compleja: el aprendizaje, escuchar, leer, contrastar y volver a ello, una y otra vez. En esos mismos días, la escritora Irene Vallejo nos dejaba un maravilloso artículo de opinión sobre lo fácil que es ser agresivos. No requiere ninguna de las cualidades anteriores, solo furia y una voz visceral. Actualmente vivimos un momento de búsqueda fácil, ira instantánea, querer llevar razón y argumentar solo por haber escuchado o leído en algún osado titular. Nos recreamos en nuestro propio modelo mental, creyendo que es único y que, por supuesto, tiene derecho a expresarse y ser escuchado. Independientemente, claro, de saber si he alimentado ese modelo mío: si lo he educado, si le he permitido aprender, si lo he puesto a entrenar o si, por el contrario, lo he dejado en el sofá, tumbado, sin dificultarle la existencia, pero exigiendo un continuo derecho a todo.

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