Evolución de la tontura

Se dice que la tontura es la calidad de tonto (a). Y es tan abundante entre los humanos que pervive en la actualidad. Pero ante frase tan lapidaria, cabe mejor indicar que hay en la lengua española más de treinta voces y locuciones, así, a vuela pluma, referidas a la tontedad, sin que nadie se salve de su poderoso dominio. Soy consciente de que estas líneas son una tontada, pero comparado con las tonterías que mis contertulios dicen en el café, esta reflexión es de sobresaliente. Sirva de ejemplo cuando el tontaina de Fulano se las da de ligoncete porque tonteaba con aquella bonita chica que padecía la tontera desde que le aparecieron las formas de mujer. Zutano es un tontiloco que siempre se hace el tontillo a la hora de pagar. No se parece en nada al tontolculo de Mengano, que parece tonto del haba por lo contrario.

Así, a lo tonto, mejor a tontas y a locas, podríamos seguir como cualquier tontopollas, jugueteando con el léxico sin decir nada especial; en resumen, haciendo el tonto, como el tontivano en vísperas. Estas líneas de hoy, miércoles, se han transformado en la caja tonta de nuestra siesta diaria. Y porque hemos dejado aparcados los sinónimos (necio, inútil, bobo, memo, insensato, berzotas, botarate, estulto, majadero), que si no... Les aseguro que no era ésta mi intención. Sólo pretendía justificar, con cierto humor, el título de este articulito. Me viene obsesionando lo de la inteligencia artificial... Si tan demostrada queda la torpeza e incapacidad seculares de los humanos, con muy honrosas excepciones, ¿qué va a pasar cuando dependamos totalmente de una minoría que maneja los hilos de los avances tecnológicos, amenazados, al mismo tiempo, de ser vencidos por los propios inventos? Una tontina sabelotodo, desde el púlpito de su propia mentecatez, me da su respuesta: “Mira, es muy fácil. Es algo de informática. Se pueden hacer, y ya se hacen, programas que pueden compararse con los que crean los humanos para aprender o para razonar... En cuanto a ese dominio de un grupo sobre los demás existe de siempre. Estamos en manos de los poderosos políticos, económicos, intelectuales, inventores...” Pues vaya, digo yo. Hay ya quien juega, crea y recrea con las máquinas, sin control ni pizca de remordimiento. Me encanta seguir siendo tonto de pueblo, especialmente por afianzarme en el encabezamiento de estas líneas.