Las raíces europeas

No hay continente que haya soportado la devastación de las guerras como el europeo en el siglo XX. Sin embargo, no ha habido otro que, después de tanta destrucción haya buscado la unidad, enterrar odios y rencores y reconstruir puentes de unidad y relaciones basadas en el respeto recíproco de valores de cada país. Hay que reconocer que solo Rusia nunca ha acabado de incorporarse a la Unión Europea y que el reino Unido ahora hace las maletas siendo muy importante su papel en la cohesión europea. Es evidente que esa unidad cultural y existencial la han dado unas civilizaciones compartidas: la filosofía griega, el derecho romano y la ética cristiana, tres pilares que luego los europeos exportaron a otros continentes especialmente a América. Si renunciamos a esos valores tendremos que reconstruir nuestra Europa sobre otros valores que nos llevará a un periodo invernal de caos y vacio, sería volver atrás en busca de una nueva ética que sustente los valores humanos que seguramente no serían mejores que los que tenemos. Si hace ochenta años los europeos aprendieron de la guerra a construir una Europa unida ojalá esta pandemia nos recuerde que esos valores siguen vigentes y actuales para edificar una Europa unida y fuerte donde toda la humanidad pueda mirarse como cimiento de un mundo mejor.