Homenaje póstumo

    05 sep 2021 / 16:27 H.
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    Si me toco el pecho, y ojo con toser en público en el momento actual, me encanta el reconocimiento, más aún público, y más si cabe, Dios mediante, mientras dure la capacidad de apreciar sus ególatras beneficios. Pero, maldito pero, cuando miro enfrente, y es costumbre salvo para peinarme hacerlo, supongo espero y deseo que el homenaje se haga a quién o quiénes no pueden hacer su uso en beneficio personal. Vayamos a que tanto les guste la miel que se hagan zánganos y no recolecten el ansiado manjar. Esto es. Si le ponemos una estatua al genio Raphael, dime tú que, trayectoria excelsa aparte, ahora le de por desafinar en el resto de conciertos, o afiliarse a un partido político que entienda a España como un país plurinacional. Y yo crea que España es una, con múltiples personalidades autonómicas y, libre en sus decisiones. Porque grande es tela. Imagínense el contrasentido. Por eso, vayamos a poner calles o museos a quienes presuntamente desvían nuestros dineros a países externos y, mejor esperar a acabar el curso, para poner la nota final. Reconocimiento con dinero público mediante, ojo.

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