España es diferente

    29 jul 2023 / 09:10 H.
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    Los resultados en las urnas de este veintitrés de julio dejan un mensaje muy claro: España se aparta del auge del ultraderechismo en Europa. La ultraderecha pierde en las urnas diecinueve escaños y pasa de cincuenta y dos a treinta y tres en las Cortes. Se complica, además, la formación de un gobierno de derechas apoyado por estos, pues la suma de ambos se queda a siete parlamentarios de la mayoría mientras que el bloque de izquierdas estaría muy cerca del Gobierno. Los resultados pronostican un escenario de bloqueo, ya que el PSOE y Sumar necesitarán de los apoyos de ERC, PNV, EH Bildu y JxCat para mantenerse en La Moncloa. La situación se resume en un ejecutivo progresista o repetición de elecciones.

    España vuelve a ser diferente y se desmarca con estos resultados del apogeo de la ultraderecha en Europa; sus ciudadanos no quieren a la ultraderecha en el gobierno de la nación. Ahora somos diferentes y nos desmarcamos de la tendencia en Europa impidiendo la llegada de la ultraderecha al poder. Mientras tanto en el resto de países de nuestro entorno los partidos de sesgo neofascista están en pleno apogeo.

    El batacazo de Vox llega un mes después de que, en Finlandia, el partido neofascista, Partido de los Finlandeses, haya entrado junto al partido conservador en coalición en su gobierno y haya conseguido dirigir siete de los dieciocho ministerios del país, entre ellos Economía, Justicia o Interior. En Suecia la situación ha sido parecida al llevar a finales del año pasado al partido ultraderechista DS a convertirse en la segunda fuerza en auge y a ser la llave para que el partido conservador se hiciera con el Gobierno. Hace apenas un año, Giorgia Meloni, candidata del partido fascista Fratelli d’Italia, alcanzó la victoria electoral que la llevó a presidir el Consejo de Ministros de Italia. Esta política italiana tiene unos vínculos fuertes con Vox y, en directo, a través del canal YouTube mandó un mensaje de apoyo a Abascal que Vox retransmitió en su canal. En ese mismo vídeo aparecían conocidos dirigentes de la ultraderecha europea, que sí consiguieron alcanzar el poder, como Viktor Orbán, el presidente de Hungría, y el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ensalzando la figura del líder de Vox poco antes de comenzar el escrutinio de los votos en nuestro país.

    Además, en Alemania la ultraderecha se ha hecho con sus primeras alcaldías, y en Grecia ha vuelto con fuerza a su Parlamento. España estaba destinada, según ellos, a ser la próxima en demostrar su favor al alza radical que recorre Europa, pero España ha vuelto a ser diferente y se han estrellado. A pesar de la tendencia fuera de nuestro país, tras estas elecciones, España se presenta como la excepción europea y como muro de la extrema derecha. Totalmente al contrario de la tendencia creciente en Europa. Por cierto, en nuestro país tres de las cuatro fuerzas más votadas son, además, abiertamente proeuropeas.

    Mientras tanto, en nuestro país, el PP pactaba con los de Abascal en más de 150 ayuntamientos y varias comunidades autónomas, y decidió que su camino a La Moncloa solo pasaba por el peaje de Vox. No han hecho nada ajeno a la realidad europea; la normalización y los acuerdos con las fuerzas de ultraderecha son la nueva realidad en Europa. Hasta no hace mucho nos hablaban de establecer cordones sanitarios en torno a los ultras para impedirles alcanzar el poder y era la regla no muchos años atrás. Pero ahora todo ese afán se ha transformado en un blanqueamiento de estas fuerzas neofascistas o ultraconservadoras, como bien sabe, por ejemplo, Giorgia Meloni. El mismo Feijóo decía en una entrevista recientemente que incluir a Meloni entre los de la familia popular europea podía ser un escenario deseable y bueno para la Unión Europea. Pero lo sucedido en España pone en duda ya esta estrategia. Los ciudadanos han expresado su repulsa a la extrema derecha y se han distanciado de la idea de contar con su presencia en el Gobierno central por primera vez en la España democrática. Y es una variable a tener en cuenta, y quien sabe si un aviso a navegantes.

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