Escuchemos a los ganaderos

La crisis de la carne políticamente se resume; un ministro que olvida que hablando en positivo se puede decir lo mismo y con más contundencia y unos partidos que da igual su opinión y de lo que hable sino que buscan una frase fuera de contesto para lanzarse sobre él. Después de horas de informativos se te crea la sensación de que los ganaderos son utilizados y que sus problemas importan poco y sus soluciones menos. A pesar de que los problemas de los ganaderos deben ser bastantes, la crítica y defensa a la opinión del ministro se centra en las macrogranjas. La existencia de este sistema de producción puede ser preocupante en varios niveles entre ellos; contribuye a eliminar las granjas intensivas tradicionales y muchas de las que perduran venden toda su producción a los dueños de estas granjas con lo que esto supone, nos metemos en el mundo de los oligopolios del que por desgracia tenemos experiencia, de la que no se libra el sector terciario. Sería más ventajoso para el ganadero, para mantener la población de la España vaciada y su calidad de vida ayudar a las granjas intensivas tradicionales, escuchar a los ganaderos y poner soluciones a la mayoría de sus quejas y por supuesto no convertir al ganado en seres patrióticos. Si sucede esto ultimo alguien va a ganar mucho y muchos van a perder todo.