¿Es moral el “todo vale”?
Desde luego que
para la gente de la calle, para usted y para mí, no. Iría contra las normas morales de nuestra convivencia amenazar, por ejemplo, que se le haga a un empresario para conseguir un puesto de trabajo, o que dicho empresario nos amenazara a su vez
para que trabajásemos más horas sin cobrar un extra. La convivencia tiene eso, que está regulada por normas morales aunque no estén escritas en ninguna parte. Pero, mira por donde, la clase política cree que tiene bula; piensa que las normas no van con ellos. Y lo que no permitiríamos hacer y decir a nuestros hijos, ellos lo hacen y dicen cada vez que se reúnen: mienten, insultan, engañan, tergiversan la realidad, son insolidarios, quieren ser los únicos, exclusivos y acaban siendo excluyentes de todo otro grupo que sea ajeno a sus intereses políticos. La imagen que dan en el Parlamento, es tan penosa que se rechaza instintivamente a no ser que seas de sus devotos; en ese caso se piensa que el “todo vale” es lícito y moral, porque el que está enfrente no es otro partido político, sino el enemigo a combatir. Tanta inmoralidad es preocupante.